Este fin de semana acompaño a mi hermano mayor a inspeccionar los trabajos de mejoras que estamos haciendo en nuestra casa de campo. Como ingeniera civil, no podía negarme, a pesar de que eso significara no poder contactar a Karl durante los próximos dos días.
Aunque traigo conmigo mi Tablet, aquí no tenemos señal, ni de celulares, ni de satélites, con ella solo puedo revisar los planos y especificaciones de las remodelaciones y anexos.
Es de noche y las luces de la casa, producidas por un generador, han atraído a una gran cantidad de insectos. Un cocuyo se posa en mi mano izquierda, sobreponiendo la derecha sobre él, creo una especie de jaula con mis manos. La oscuridad dentro de la improvisada jaula permite notar con mayor claridad el brillo verdoso de sus órganos fotógenos, me recuerdan los ojos verdes de Karl. Esos ojos que alegran mi corazón.Susurro, acercando mis labios a mis manos, y confieso: “también estoy pensando en ti”.
Abro mis manos, quiebra su tórax, extiende sus alas y vuela hacia la oscuridad de la noche.
¿Qué forma tomarán mis pensamientos al acercarse a él?
Con este micro relato participo en el blog de ESTA NOCHE TE CUENTO, para la convocatoria del mes de agosto: "Insectos".